El Encuentro Bienestar en Educación, celebrado los días 19 y 20 en la sede colegial, ha contado con la participación de un centenar de profesionales de la educación interesados en encontrar las claves para que los centros se conviertan en espacios acogedores y amables, donde poder enseñar y aprender en las mejores condiciones
Victoria Hortelano, vicedecana del Colegio, y Amador Sánchez, decano,
principales promotores del Encuentro
El Encuentro Bienestar en Educación ha servido para reflexionar a fondo, y desde diferentes disciplinas, sobre qué elementos han de tenerse en cuenta para conseguir que el bienestar en los centros sea posible. Bienestar para los profesores y también para los alumnos, protagonistas en esta cita. Expertos procedentes de las disciplinas de la pedagogía, la psicología, la salud y la educación en todas sus vertientes han ofrecido su experiencia y sabiduría para ayudarnos a conseguir el objetivo final: que educar y aprender sean tareas enriquecedoras y que, aunque supongan un esfuerzo, nos hagan crecer y disfrutar con escuelas respetuosas y tolerantes.
Amador Sánchez, decano del Colegio Oficial de Docentes de Madrid, inauguró el Encuentro definiendo sus objetivos: “Durante estos días, queremos reflexionar sobre la necesidad del bienestar para todos los miembros de la comunidad educativa y sobre cómo podemos contribuir, entre todos, a que las aulas sean lugares seguros, respetuosos y acogedores”. Le siguió David Cervera, director general de Bilingüismo y Calidad de la Enseñanza de la Comunidad de Madrid, quien felicitó a la organización y a los profesores presentes en el salón y en la retransmisión por streaming. Resaltó su esfuerzo y puso en valor “el trabajo que se realiza en los centros españoles, donde la docencia se practica desde el corazón”.
De izquierda a derecha: Amador Sánchez, decano del Colegio, José Antonio Luengo, ponente, Luis Íñigo, secretario general del Colegio.; David Cervera, director general de Bilingüismo y Calidad de la CM y el decano del Colegio; Eva Teba, miembro de la Junta de Gobierno del Colegio y Elvira Congosto, ponente.
Los datos son pesimistas
Durante esta Jornada se pusieron sobre la mesa los demoledores datos que nos dan señales de alarma: según una reciente investigación realizada por la Fundación SM, un 47 % de los docentes abandonaría la profesión. Y es que los profesores se sienten cansados, sufren depresión, estrés e incluso otros problemas de salud mental.
La investigación Ánimo profes, elaborada por la Universidad a distancia de Madrid (UDIMA) entre 3800 docentes, también arroja datos pesimistas. La intervención de Julián Roa, decano de la Facultad de Educación de esa universidad, define el estado de ánimo de los docentes y los elementos que distorsionan su bienestar. Por ejemplo, la actitud de las familias: 9 de cada 10 profesores aseguran que no se siente apoyado por el entorno familiar de los alumnos. El estudio también asegura que la mayoría de los consultados accedieron a la profesión por vocación, aunque, tras unos años de experiencia, no recomendarían la profesión a nadie. Otro dato importante de este estudio, que tiene que ver directamente con el objetivo del Encuentro, es que 9 de cada 10 docentes consultados dicen que están cansados, especialmente de las tareas burocráticas y de los cambios de legislación.
Pero los alumnos tampoco se quedan lejos de los problemas: ellos también lo pasan mal, habida cuenta del aumento de los casos de acoso entre iguales, agresiones y autolesiones, que han crecido exponencialmente desde la pandemia, y que continúan subiendo; lo que hace pensar a los expertos que no ha sido un problema coyuntural. Hay algo detrás que requiere un serio abordaje. ¿Qué está pasado en las aulas?
Salud mental y bienestar
La intervención de Rafael Bisquerra, experto en materia de educación emocional, sirvió para contextualizar la situación que se vive en los centros educativos. El prestigioso pedagogo definió las claves de un problema social que también ha llegado a la escuela; y señaló que el origen está en el analfabetismo emocional de la ciudadanía”, por lo que ”habría que fomentar las competencias emocionales para lograr la convivencia pacífica en los centros y fuera de las aulas”. También reclamó “más medios y recursos”, porque “la salud mental en los centros es una necesidad no atendida”.
La mesa redonda que siguió a su intervención dio voz a personas procedentes de la inspección educativa, de los departamentos orientación, de los gabinetes psicopedagógicos y de las organizaciones que evalúan lo que está pasando en el contexto educativo. También contó con una alumna, mediadora en los conflictos de su IES, que trasladó con mucha claridad su experiencia: “En demasiadas ocasiones, he tenido miedo”, dijo. Todas las intervenciones coincidieron en la importancia de la prevención y en la necesidad de tomar medidas urgentes, porque faltan recursos.
De izquierda a derecha: Jaime Buhigas, ponente y relator gráfico del Encuentro; Guillermo Cánovas, ponente.; Victoria Hortelano, vicedecana del Colegio; Javier Urra, ponente y el decano del Colegio , Amador Sánchez.
Pero, ¿qué podemos hacer?
La ansiedad, el estrés, la agresividad o los problemas de salud mental no son exclusivos de la escuela, que es solo un reflejo de la sociedad. La escuela educa, pero tal y como ha señalado tantas veces el filósofo José Antonio Marina, ”la educación es cuestión de toda la tribu”. Y ahí quizá radique el problema y la solución.
La intervención de Javier Urra, psicólogo y primer defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, sirvió para explicar cómo muchos de los problemas que se viven en la escuela proceden de puertas para afuera, de modelos familiares en los que no se promueve la autoridad, no se establecen reglas, ni normas de convivencia. Urra apostó por promover la comunicación y la escucha con nuestros hijos y alumnos, pero también por “poner límites cuando hablamos de la difícil tarea de educar”.
Los alumnos también tienen problemas
Durante la segunda jornada del Encuentro, Jose Antonio Luengo, decano-presidente del Colegio de la Psicología de Madrid, explicó su experiencia diaria con alumnos que sufren problemas de salud mental y quiso resaltar el papel del centro en el bienestar psicológico de los alumnos. Según la definición de la OMS, el estado de bienestar emocional pasa por conseguir que seamos productivos, tengamos proyectos y relaciones personales satisfactorias. Pero Luengo añadió un factor más: el saber hacer frente a la adversidad; e insistió, precisamente, en esto último, en “fomentar en los alumnos la resiliencia, la capacidad para afrontar los muchos obstáculos que nos pone la vida, porque el trauma y las dificultades también educan”.
La tecnología de la dependencia
Guillermo Cánovas, director de EducaLIKE y experto en temática adolescente, habló de los riesgos que pueden alterar la salud de los alumnos, especialmente de la dependencia de la tecnología. Los datos son una vez más alarmantes: el 14 % de los adolescentes presenta esa dependencia patológica. Cánovas habló de cómo identificar las dependencias y del papel de las familias para controlarlas, con ejemplos concretos que demuestran la necesidad de que muchos padres estén atentos al uso que hacen su hijos de los dispositivos. En su intervención, quedó claro que la tecnología se ha convertido en un problema que obstaculiza el aprendizaje y la convivencia, que fomenta el aislamiento y la falta de comunicación y de relaciones sociales. Buscar el equilibrio entre su buen uso y el abuso es el primer paso para prevenir problemas de salud mental y promover el bienestar emocional.
Elvira Congosto, experta en investigación y orientación educativa y directora de Secundaria y Bachillerato en Mirabal International School, dedicó su intervención a analizar los factores que intervienen en el bienestar de los docentes. “Debemos practicar emociones positivas y ese es un reto diario. Pero para mantener el estado de bienestar necesitamos un liderazgo distribuido y ese liderazgo lo deben ejercer los equipos directivos de los centros. Ellos son quienes han de establecer las metas compartidas y crear un clima de confianza y de respeto para que los docentes se encuentren cómodos”.
Jaime Buhigas, dramaturgo, profesor de Artes plásticas nos regaló un testimonio gráfico de este Encuentro: un póster que recoge las aportaciones, los datos y las emociones surgidas durante dos días de trabajo. En su intervención comparó la escuela con un pueblo en el que cada cual ejerce su papel, pero “en donde ha de existir un proyecto común, una marca que defina de dónde venimos, quiénes somos y hacia donde vamos”. Con ese proyecto común, el centro escolar se convierte en un lugar amable y seguro, donde todos nos conocemos, aunque seamos distintos y a veces discrepemos”.