CDL Madrid

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Entrevista a Victoria Hortelano, vicedecana del Colegio, en el diario digital «Éxito Educativo».

«No seguimos modas ni nos identificamos con un método de enseñanza concreto”

El Colegio Estudio es una institución educativa privada situada en Madrid, España, fundada en 1940. Su creación está profundamente vinculada con la Institución Libre de Enseñanza (ILE), una institución educativa que surgió en el siglo XIX con la intención de modernizar y democratizar la educación en España, desligándola de la influencia de la Iglesia y el Estado. Fundado por Jimena Menéndez-PidalÁngeles Gasset y Carmen García del Diestro, tres maestras que habían estado vinculadas a la ILE, este colegio surgió como una respuesta a la necesidad de mantener los ideales pedagógicos de la ILE durante el régimen franquista. Estas educadoras querían preservar un tipo de educación más libre y basada en el desarrollo integral del individuo.

En la actualidad, el Colegio Estudio sigue siendo un referente en la educación en Madrid, manteniendo los ideales de sus fundadoras y adaptándose a los desafíos del siglo XXI. La comunidad educativa del colegio trabaja de manera continua para ofrecer una educación integral que prepara a los estudiantes no solo para el éxito académico, sino también para ser ciudadanos responsables y comprometidos con la sociedad. Nuestro interés es conocer más de cerca su realidad actual, lo que es posible gracias a la entrevista concedida a ÉXITO EDUCATIVO por Victoria Hortelano.

La Fundación Colegio Estudio, heredera de la mítica Institución Libre de Enseñanza, es, sin duda, un referente de la educación en España. Pero, para que lo entendamos mejor, y a día de hoy, ¿qué es lo que diferencia a su centro de otros centros educativos?; ¿cuáles son sus señas distintivas?

Nuestra seña de identidad es precisamente mantener vigente el modelo pedagógico de la ILE y del Instituto Escuela (I-E). Muchas de las propuestas innovadoras que se plantearon por los institucionistas se mantienen vigentes en Estudio. Principios como la atención a las necesidades de los alumnos y el respeto a los ritmos y estilos de aprendizaje individuales; una visión de la educación integradora de valores, emociones y conocimiento en su sentido más amplio, sin fragmentarlo en distintas disciplinas; la educación de la mirada para apreciar la belleza, el arte y desarrollar la sensibilidad; una comprensión del alumno como protagonista de su propio aprendizaje, que accede al conocimiento desde el pensamiento crítico y la colaboración con los demás, y que mantiene una actitud activa durante todo el proceso de enseñanza-aprendizaje. Un claro ejemplo es que el alumno elabora sus propios materiales de trabajo, ya que, en la mayoría de las clases, no se utilizan libros de texto, aunque las lecturas y los libros de referencia sí tienen una importancia esencial en el proceso educativo. De hecho, tenemos bibliotecas en todas las secciones del colegio.

Además de arraigarnos en la tradición pedagógica de los institucionistas, estamos muy atentos a las necesidades que van surgiendo en nuestro día a día y, para realizar nuestra labor, damos una importancia vital al sentido de comunidad educativa. Todos nos identificamos con el modelo pedagógico y colaboramos en la labor común de educar personas libres, con criterio, tolerantes con los demás y flexibles para adaptarse a los cambios. En definitiva, personas responsables para conducir sus propias vidas y para comprometerse con la mejora de la sociedad.

También retomamos de la tradición de la ILE y el I-E una visión holística de la educación, puesto que, al igual que ellos, entendemos que nuestra labor no se limita a dar clase, sino que se centra en la educación integral de los alumnos, es decir, en educar en todas las dimensiones de la persona: intelectual, física, ética y estética. En Estudio, destacamos la importancia de la educación física en la formación de los alumnos (aprendemos con el cuerpo), favorecemos el desarrollo de su faceta artística y abogamos por una escuela impregnada de sentido ético, como decían nuestras fundadoras.

¿Cuál es su filosofía educativa y cómo se refleja en la cultura y en el enfoque de su colegio?

Como ya he dicho, nuestro modelo pedagógico se basa en el respeto al proceso de aprendizaje de cada niño, un aprendizaje que se construye con el otro, de la mano de un docente que, lejos de imponer, acompaña, orienta, invita, despierta inquietudes y favorece el descubrimiento a través de la acción y de la colaboración.

Tratamos de enseñar la realidad en la realidad, como decía Bartolomé Cossío, y de convertir las clases en espacios de reflexión y diálogo, donde cada niño puede compartir su visión de la experiencia vivida y conformar su aprendizaje incorporando la mirada de los compañeros. En este sentido, las excursiones, visitas e intercambios son pilares de nuestro modelo pedagógico, pues permiten aunar los conocimientos adquiridos en las distintas clases y aprender de nuestra propia experiencia, pero también, y muy especialmente, de la de los demás.

Y, aunque esta comprensión de que aprendemos de los demás nos lleva a conocer otros enfoques educativos, no seguimos modas ni nos identificamos con un método de enseñanza concreto. Partiendo de nuestra visión holística de la educación y de un profundo sentido ético, seleccionamos y diseñamos aquello que resulta más adecuado en cada situación, para adaptarnos a las necesidades de los alumnos y para lograr, así, los objetivos de aprendizaje propuestos. Lo hacemos en el día a día del aula, pero también desde los Departamentos de Orientación, Formación e Innovación del colegio. Desde Orientación, favoreciendo el bienestar de los alumnos, los docentes y las familias, porque comprendemos la diversidad y nos proponemos alcanzar la sintonía para llegar al objetivo común de educar en base al modelo pedagógico. Desde un amplio programa de formación, que incluye la participación de los alumnos en distintos talleres y el diálogo con las familias; y que, en su dimensión de perfeccionamiento de la práctica docente, se asienta en el conocimiento pedagógico del contenido (el conocimiento de la disciplina que se imparte, imbricado en el conocimiento de cómo se aprende y cómo se enseña dicha disciplina) y en la mejora personal y profesional.

Desde el Departamento de Innovación, a través de la investigación y de la apertura a las ideas diferentes que amplían nuestra mirada y nos llevan a seguir aprendiendo y a incorporar esa savia nueva a nuestra filosofía educativa. Conjugamos así el presente con nuestra tradición pedagógica, en un momento en el que la innovación educativa está poniendo en valor los principios inherentes a Estudio desde sus orígenes.

Por otro lado, no nos hemos dejado llevar por el frenesí de la tecnología. Entendemos el valor que aporta el conocimiento de las distintas herramientas tecnológicas, pero pensamos que la exposición de los niños y adolescentes a las pantallas debe estar fundamentada en criterios pedagógicos que incluyan el conocimiento de las etapas madurativas de los alumnos, los procesos de aprendizaje y una profunda reflexión sobre los beneficios y riesgos de un uso inadecuado de lo digital. Para Estudio, la tecnología ha de estar siempre al servicio de la pedagogía.

Con carácter general, ¿cómo ve el futuro de la educación en España? ¿Y en el mundo?

Tengo una visión optimista del futuro de la educación, porque creo en la vocación de los docentes y en su compromiso con la formación integral y con el bienestar de sus alumnos.

En mi opinión, el camino hacia el futuro se construye desde la mirada al pasado. Hemos de conocer el pasado para recoger todo lo positivo que ya se ha aportado y, desde la reflexión en el presente sobre la propia práctica, construir el sendero que nos queda por recorrer. No hay evolución sin reflexión. Para mejorar la educación, hemos de preguntarnos el porqué y el para qué de nuestras elecciones educativas, y ocuparnos de nuestro desarrollo personal y profesional, puesto que, además de lo que les enseñamos, los alumnos nos aprenden a nosotros. Por tanto, para afrontar los desafíos del presente y para lograr un futuro educativo mejor, los docentes debemos mostrar el deseo de aprender a enseñar durante el trascurso de nuestra profesión, y actualizarnos permanentemente para servirles de referencia. Creo que los alumnos serán mejores aprendices si nosotros lo somos también.

Si los profesionales de la educación mantenemos la ilusión por educarnos a nosotros mismos y por aportar una visión humanista del proceso educativo, el pronóstico es positivo.

¿Qué apartado de la gestión de centros educativos cree que es el más necesario impulsar (financiero, tecnológico, RR. HH., marketing…)?

Todos los procesos de un centro educativo son importantes. Es como el mecanismo del piano, en el que es necesaria la comunicación entre sus distintas piezas para que la vibración pueda convertirse en melodía. Y todo empieza presionando una tecla con la intención de que suene la música. Entendemos la gestión desde la coherencia que debe existir entre todos los que formamos parte de nuestra comunidad educativa y damos prioridad al bienestar y al desarrollo profesional. La gestión debe enfocarse también desde una visión humanista, que ponga en valor el buen hacer de las personas.

¿Han empezado ya a notar la reducción de alumnos por el descenso de natalidad? ¿Cómo se soluciona este problema?

Somos conscientes de que el descenso de la natalidad es un hecho; pero, en nuestro caso, al ser un colegio de elección, con un modelo pedagógico de referencia, no nos hemos visto afectados todavía por ese descenso.

Sobre este aspecto, ¿qué importancia le da en su colegio al ámbito de la comunicación y del marketing?

Valoramos la comunicación basada en la verdad, la comunicación veraz a distintas escalas: entre los propios alumnos, entre los docentes y los alumnos, con las familias y, en general, entre toda la comunidad educativa; pero tenemos que mejorar la puesta en valor de todo lo que hacemos bien. No nos interesa la comunicación basada únicamente en el marketing, sino en la transmisión de nuestro modelo pedagógico.

También, en el ámbito de la comunicación tenemos muy presente la importancia de la escucha y, por ello, acogemos las inquietudes que nos llegan de las familias y de los alumnos para la mejora de nuestra propuesta educativa.

¿Cuál es el perfil de profesores que buscan para su centro?

Es muy importante que los profesores tengan conocimiento pedagógico del contenido, como ya he señalado antes, es decir, que sepan cómo se enseña y cómo se aprende la materia que imparten y, asimismo, que entiendan las etapas madurativas de los alumnos. Por otro lado, damos mucha importancia al conocimiento de nuestro modelo pedagógico, pero este saber se puede ir adquiriendo a lo largo de los primeros meses de práctica en el colegio, con una formación específica sobre nuestra filosofía educativa, y de la mano de mentores que tutorizan a los nuevos docentes durante su primer curso en Estudio. El programa de desarrollo profesional de Estudio también se inspira en el modelo de los institucionistas, que ya daban una importancia vital a la formación de los docentes. De hecho, los profesores noveles eran supervisados por otros más experimentados, que les ayudaban a planificar sus clases y a reflexionar sobre los resultados obtenidos para promover la evaluación de la práctica docente. Estudio mantiene esta tradición, acogiendo con entusiasmo a todas las personas que se incorporan a nuestra comunidad, y ofreciendo a todos oportunidades de formación permanente, que fortalecen nuestros principios y valores.

Sin embargo, el conocimiento per se no implica un buen desempeño de la labor docente. Más allá del conocimiento, hay cualidades fundamentales, como son la disponibilidad para aprendizaje, la capacidad de adaptación y la comprensión de que la labor educativa no se limita a dar clase, sino que también consiste en educar todas las dimensiones de la persona en cualquier momento, y no solo durante el tiempo que transcurre dentro del aula. Un docente tiene que ser referente para los alumnos por su manera de ser y de estar en el mundo. Los profesores tienen que entender que los alumnos se van a mirar en ellos como en un espejo y, por tanto, que deben cuidar sus formas, porque, como decía antes, no se aprende únicamente lo que se escucha, sino lo que se ve, e incluso lo que se intuye. Las dos cualidades más importantes del docente son, por un lado, la vocación: poner el corazón en su labor para contagiar las ganas de aprender y, por otro, la confianza en la capacidad de aprendizaje de los alumnos: el convencimiento de que todos ellos, sin excepción, pueden aprender y mejorar.

¿Y el de directivos?

Creo que todos los líderes pedagógicos tienen que sentir una fuerte vocación por la enseñanza y, en el caso de Estudio, además, han de poseer un profundo conocimiento del modelo pedagógico e identificarse con él, para servir de referencia a todos los profesores y a la comunidad educativa en general.

Otras cualidades esenciales de los líderes pedagógicos son la sensibilidad, la empatía, la ecuanimidad y el humanismo, absolutamente necesarias para tratar con los demás. También son importantes la asertividad, el respeto, las habilidades de escucha y comunicación y, por último, la generosidad, pues dedican mucho tiempo a realizar su labor. La buena educación requiere de tiempo, sosiego, mirada… Creo que las escuelas necesitan directivos con ilusión por dedicar tiempo a educar.

Destacaría también el valor del autoconocimiento como camino para saber qué cualidades se pueden aportar y cómo mejorar las propias limitaciones. Al autoconocimiento se llega desde la capacidad de reflexión, que constituye la fuente de información más relevante para la mejora del proceso de enseñanza y aprendizaje. Los líderes pedagógicos han de avanzar en el conocimiento de sí mismos para saber qué pueden aportar a los demás.

Salud mental, problemas de convivencia, cambios legislativos, retos tecnológicos como los que nos plantea la IA… ¿Cuál cree que es el principal desafío para la educación en los próximos años?

El gran desafío es lograr el bienestar en los centros educativos. Saber cuidar de nosotros mismos para poder cuidar de los demás. No podemos permitir que nadie lo pase mal en un centro educativo. Creo que la salud mental, la convivencia en el respeto y la tolerancia son el reto principal de los centros educativos.

Por otro lado, para saber qué hemos de integrar de todos los avances tecnológicos, científicos, sociales e incluso educativos, necesitamos mucho sentido común y ética para poner, por encima de cualquier interés personal, el beneficio de los alumnos.

Otro gran desafío es lograr mantener en el maestro el deseo de aprender y la ilusión por enseñar.

¿Qué medidas se están tomando para garantizar la seguridad de los estudiantes contra el acoso y en favor del bienestar emocional?

Como decía antes, nuestra prioridad es el bienestar de todas las personas que forman parte de la comunidad educativa, y muy especialmente el de los alumnos. Conocemos y seguimos los protocolos de prevención del acoso escolar de la Comunidad de Madrid y, desde hace muchos años, nuestro plan de formación incluye programas de autocuidados, de prevención y de resolución de conflictos.

Nuestro modelo de educación integral, en la práctica del día a día, implica, por un lado, el acompañamiento de los profesores a los alumnos en todas sus actividades, no solamente durante las clases, sino también en excursiones, visitas, en el comedor y en el autobús escolar; y, por otro, el interés y la atención por las relaciones interpersonales de nuestros alumnos durante la jornada escolar, así como el mantenimiento de una comunicación fluida con las familias: escuchar, dialogar… Estar al tanto de la vida de nuestros alumnos, interesarnos por ellos, dedicarles tiempo, intervenir en caso de conflicto y dar ejemplo son, en mi opinión, las mejores formas de garantizar el bienestar emocional.

¿Cómo maneja su colegio la diversidad de estudiantes y las necesidades individuales?

Partimos de la comprensión de que todos somos diferentes y de que la diversidad es un valor que nos ayuda a entender el mundo, a abrir la mente y a adaptarnos a los demás. Para atender a esa diversidad, tenemos que promover la escucha activa y la comunicación con las familias -a la que ya me he referido antes- y, sobre todo, hemos de ofrecer una mirada comprensiva e individualizada a cada niño. Un profesor consciente de las diferencias de sus alumnos prepara sus clases para atender a la singularidad de cada uno, selecciona distintos métodos de enseñanza, diseña actividades diversas que se adaptan y ofrece una amplia variedad de oportunidades para que los alumnos compartan el aprendizaje; es decir, tiene muy presente la situación humana de cada alumno, como decían nuestras fundadoras. Por lo tanto, lejos de promover un único modelo de evaluación que pueda favorecer la visibilidad del aprendizaje de algunos alumnos y dificultar la de otros, planteamos una evaluación que abre caminos, porque la entendemos como una oportunidad para que todos y cada uno puedan demostrar el aprendizaje realizado, porque todos los alumnos aprenden: solo hace falta que los docentes tengamos la sensibilidad de saber verlo.

Atender a las necesidades individuales requiere de esta sensibilidad y una predisposición positiva por parte del profesor para aprender la mejor manera de adaptarnos a la diversidad de las aulas. Por tanto, en Estudio se realizan distintas formaciones que favorecen el conocimiento y la puesta en práctica de estrategias que nos ayudan a mejorar esta atención. Algunos ejemplos son las formaciones en inclusión en el aula, identificación de dificultades, altas capacidades o diseño universal del aprendizaje.

Para finalizar, una pregunta que formulamos a todos los directores de colegios y que nos permite, a través de sus respuestas, trazar un mapa sobre la cuestión ¿Cómo se imaginaría el mejor colegio del mundo?

El mejor colegio del mundo es el colegio al que los niños quieren ir, es el colegio en el que los niños y niñas se sienten respetados, queridos; es un colegio de todos y para todos. También, es el colegio en el que los profesores creemos en nuestra labor de educar y la desempeñamos con ilusión; la ilusión de imaginar que esos niños que necesitaron que les tendiésemos la mano durante una etapa importante de su infancia y adolescencia serán jóvenes autónomos, con espíritu crítico y ciudadanos de un mundo con el que se han comprometido para hacerlo mejor. Esto ocurrirá porque habrán habitado un colegio en el que se les ha devuelto una mirada de confianza para que puedan encontrar lo mejor de sí mismos y compartirlo con los demás. Es la mirada del mejor colegio del mundo.