María Luisa González Montero de Espinosa, coordinadora del Seminario de Ciencias del Colegio, nos ofrece una entrevista contándonos su larga y fructífera trayectoria como docente de enseñanza secundaria y como investigadora en el grupo EPINUT de la UCM.
El lema que este año ha propuesto la ONU hace referencia a la brecha de género en la Ciencia. Como mujer y como científica, ¿ cómo definiría la situación actual? ¿Se ha sentido limitada por el hecho de ser mujer durante en su trayectoria profesional?
Creo que la situación ha cambiado mucho y las mujeres estamos actualmente desempeñando un papel muy importante en los ámbitos científicos y tecnológicos. Una pequeña prueba de ello es que nuestro grupo de investigación EPINUT está compuesto por un 62% de investigadoras y un 38% de investigadores. Sin embargo, cuando yo empecé mi carrera profesional, todo era muy diferente. El mundo de la Ciencia estaba ocupado principalmente por varones y era difícil encontrar una mujer científica que destacara.
En abril de este año, el Colegio en colaboración con el grupo de investigación EPINUT celebrará el VIII Congreso Internacional de Docentes de Ciencia y Tecnología. ¿Cómo ha ido evolucionando la asistencia de mujeres desde la primera edición hasta ahora?
Desde su inicio, hace 14 años, el porcentaje de mujeres inscritas ha sido significativamente mucho mayor al de varones. Así, cuando el simposio comenzó su andadura (2010), se matricularon un 70,2% de profesoras y un 29,8% de profesores y, en la VIII edición, que se celebra este año 2024, las cifras han sido -hasta la fecha-, de un 68,2 % de las primeras y 31,8% de los segundos.
Los datos nos dicen que solo el 35% de los estudiantes de carreras relacionadas con las STEM son mujeres. Como profesora de enseñanza secundaria, ¿ cuál es su valoración del interés que manifiestan las chicas por las carreras científicas?
Los estudiantes de ambos sexos se plantean que las carreras científicas son más difíciles que las de Humanidades y, en consecuencia, las evitan. Dentro de esto, dependiendo de la rama de Ciencias que analicemos, los datos van cambiando. Así, por ejemplo, las Ciencias de la Salud presentan hoy una alta tasa de feminización. Sin embargo, las ingenierías tienen escasa presencia femenina, aunque, también, esta tendencia -afortunadamente-, poco a poco va variando. Efectivamente, en el curso 1985/86 estaban matriculadas en dichos estudios técnicos aproximadamente un 15% de chicas y un 85 % de chicos; y en el 2019/20 la cifra de las primeras subió al 25% y el de los segundos bajó al 75%.
La UNESCO ha hecho una declaración taxativa: las mujeres necesitan la Ciencia y la Ciencia necesita a las mujeres. Está claro, pero ¿ cómo se traslada ese principio a la realidad cotidiana?
Primero, intentando convencer a nuestras jóvenes que en la Ciencia no existen roles predeterminados en función del sexo, etnias o identidad sexual. Segundo, enseñándoles modelos de grandes mujeres científicas que les demuestran que eran personas normales como ellas y tenían las mismas metas, intereses, aficiones y motivaciones. Por último, es también fundamental señalarles que sus aportaciones pueden ser en el futuro de gran utilidad para ellas, como personas y para la sociedad en general.
Usted es mujer, es científica y es docente de las asignaturas STEM. ¿Qué mensaje traslada a las alumnas motivadas por la Ciencia y la Investigación?
Les trasladaría el mismo lema que yo he tenido a lo largo de mi vida y de mi carrera profesional: “Puedes conseguir en la vida todo lo que realmente te propongas”. Todo se resume en ilusión, ganas, esfuerzo y trabajo, ya que con esta mezcla se pueden superar todos los obstáculos que se encuentren.